Monday, June 04, 2007



EL LEVANTAMIENTO DE LA PIEZA.-
Cuando ví que el ejercicio propuesto para la asignatura era el de una gran pieza, me animé mucho. Podría decir que hasta hubiese dado saltos de alegría, por fin una pieza a tamaño natural!! Por fin nuevos retos, un paso más, algo distinto, vamos a modelar con mayúsculas!
Esta nueva (para mí) concepción de la escultura supone nuevos retos, nuevos planeamientos, nuevas dudas. Mi principal miedo, dadas experiencias anteriores, era saber si íbamos a tener el suficiente espacio para moverla, para compararla con el modelo desde lejos, para relacionarte con el modelado… Al final, esto no supuso ningún problema, pero la verdad es sí que surgen nuevos problemas que a priori pretendes controlados. Al principio das por hecho que todos los problemas técnicos que pudieran suceder no tienen por qué; para eso has estado tres años anteriormente relacionándote con el mundo de la escultura en la Facultad, adquiriendo conocimientos sobre el modelado, las estructuras, las herramientas, los procesos, etc. Pero no es así, y final sucede que los fantasmas de las adversidades aparecen. A mí en concreto me cedió la estructura cuando la figura empezó a coger cierta consistencia. Por eso este ejercicio, además de ser un ejercicio desde otro punto de vista, un ejercicio para la reflexión, es un ejercicio para profundizar algo más, un ejercicio para tener en cuenta que son más los factores que entran en juego además del modelado o la relación entre el escultor y la pieza, y que, aunque éstos son secundarios, bien te pueden arruinar el trabajo.

Antes he dicho lo de "modelar con mayúsculas". Bien, esto no tiene nada que ver con hacer una pieza grande, es hacer esa pieza y dotarla de la personalidad que necesita. Durante el proceso temporal que va desde levantamiento de la estructura a la finalización del proyecto va un largo trayecto que se hace más arduo cuanto más nos acercamos a la finalización de la pieza, digamos que la velocidad de realización del modelado va descendiendo cuanto más nos acercamos al final de la pieza, y es ahí donde surge otra duda: ¿Cuándo está realmente acabada la pieza?, podríamos decir que cuando el producto de la mímesis se adecua a su original. Sin embargo yo soy de la opinión de que esto sucede cuando la obra te pide a gritos que pares, que ya no hay lugar a ninguna otra acción más. Está claro, y es que en el proceso de construcción es cuando el escultor desarrolla todos los vínculos afectivos que le unen a la pieza, en él hay todo un cúmulo de avances y rectificaciones, pasos adelante y pasos atrás que establecerán esas relaciones. Esta relación es importante, y en el proceso es importante que el autor esmere todos sus cuidados y esfuerzos, porque al final ya no será el escultor el que hable de la pieza, sino que será la pieza la que hable del escultor.

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