¿Simplemente creando volúmenes?

Al comenzar la asignatura me sorprendió la rapidez con la que se podía levantar la escultura, al menos crear los volúmenes aproximados para que la pieza se sustentara y comenzara a tener unas formas reconocibles. En anteriores ocasiones en las que he tenido oportunidad de modelar con barro había dado forma desde el primer momento a cada pedazo que iba conformando la escultura, en esta ocasión en cambio las formas solo se han insinuado para después dibujar sobre ellas. El dibujo en tres dimensiones me resulta mucho más complicado que sobre papel puesto que exige una coherencia en cada trazo, tener en cuenta que cada modificación debe estar en perpetua unión con el resto de la figura. Por otra parte modelar te ofrece la posibilidad de comprender la figura en su totalidad e intuir las relaciones anatómicas del cuerpo en profundidad. El modelado requiere una concentración absoluta y tener en cuenta todas las partes del conjunto, de no ser así la figura tiende a desproporcionarse, a perder equilibrio, la belleza del gesto y la postura de la modelo, tendiendo a construir un cuerpo esteriotipado, homogéneo y alejado del referente real.
Por último, llega la que para mi es la parte más complicada, una vez puesto todo el barro y realizado las correcciones más generales llega el momento de suavizar, de rellenar y de insinuar leve y sensiblemente los detalles que dan carácter a la escultura, es necesario hacer un esfuerzo para abstraerse de la figura y captar la belleza de cada rincón, del gesto, para dar sutiliza a cada forma, creando una forma continua, suave y compacta sin protuberancias excesivas ni deformaciones. Al final, pese todo el esfuerzo para levantar la figura, para proporcionarla y para que no se caiga, la diferencia entre una escultura y otra se vera marcada por la sensibilidad estética de cada artista.

Elsa