Steve Gibson

Gibson modela, sí, pero modela con una soltura y una intención mas allá de la copia. No solo la utilización de un material poco frecuente como el cartón y la resina es lo que confiere su carácter trasgresor. A partir de trozos de cartón cortados como un rompecabezas en el que cada pieza ha sido pensada con anterioridad, Gibson crea volúmenes que refuerza con la utilización de acrílicos, enfatizando la sensación de profundidad y volumen, pintando sobre la escultura sombras y pliegues. Estos cuerpos son desproporcionados, sus extremidades tremendamente descompensadas y sus cabezas presentan rasgos gigantescos, todo ello confiere a las obras una sensación de peso que no se corresponde con el material utilizado. La utilización de ojos de cristal a modo de las esculturas de cera junto con una puesta en escena poco habitual plagada de simbolismo y la utilización de objetos externos a las esculturas, crean un entorno teatral al servicio de una crítica social devastadora, en la que los celos, la apatía, el miedo y la apariencia recrean una sociedad en declive.

Elsa