Wednesday, April 22, 2009

Relleu Futurisme - IV



El motiu central, de fang, interpreta l’esbós d’una planta d’energia fet per l’arquitecte futurista Antonio Sant’Elia.

La meva idea pel relleu era, un cop realitzades les dues parts constituents, fer un motlle del conjunt i aconseguir una peça única, amb un acabat i un material adequat a la meva visió del futurisme.

La idea original pel relleu, era molt crítica amb el futurisme, no em veia capaç de realitzar una medalla commemorativa del centenari del futurisme, sense exposar també, com a mínim, la meva visió irònica del tema. D’aquí que pretengués, un cop fet el relleu, destruir-lo parcialment amb arrels d’arbre, tal i com succeeix amb les obres arquitectòniques que deixen de lluitar contra la natura, o que mai han estat capacitades per fer-ho.


Però al generar les dues parts del relleu, emprant dos processos tan diferents de treball, em va agradar la relació que s’establia entre el futur imaginat i el real.

L’anell exterior està dissenyat numèricament amb un ordinador i transcrit a les tres dimensions per un braç robòtic amb una precisió extraordinària. La única tasca va ser el disseny, la direcció i la supervisió del treball de les màquines, i tot i així, l’objecte, existeix. Què hi pot haver de més “futurista”, en el sentit romàntic del terme?

A l’obra mai realitzada de Sant’Elia, li atorgo (amb una clara ironia), un sentiment romàntic, al realitzar-la amb terracota i protegir-la dins un anell, real, perfecte i fred, hereu de la seva doctrina, com si d’una fràgil artesania d’un passat imaginat es tractés.


2 comments:

Ángeles Urretavizcaya said...

Enric. Me arriesgo. Perdona si me equivoco. De tu trabajo me interesan tres cosas: su ritmo visual plástico intenso, la sensación de que utilizas la tierra como elemento temático y la posible alusión a la arquitectura, a lo habitable. El ritmo es un impulso acompasado del alma. Corresponde a un número que nos obsesiona y nos atrae. Es una especie de danza poética que implica el enlace de cierta combinación numérica (“El número de oro: ritos y ritmos…”) Si el ritmo no se forma a base de tensión, la obra solo es un conjunto simétrico. Pero tu trabajo mantiene esa tensión. La correspondencia del círculo externo liso y el trabajo interno más sentido, me sugieren la idea de site/nonsite, enfrentando emplazamiento-ausencia, borde-centro, ordenación de puntos-ordenación de materia (Smithson). Inicialmente me pareció muy claro que eran las raíces de un árbol perforando la tierra. Ahora no sé leer la forma. Me remite también a una idea arquitectónica como los iglú de Merz que a modo de metáforas filosóficas alrededor de una progresión numérica demarcan los límites del espacio lleno y del espacio vacío, delimitando un lugar para la confianza donde ésta no existe. Intentas utilizar la materia como algo vital, consolidando lo que está a tensión, el cambio, conforme a la coherencia que pide el lema de la medalla. Echo un poco de menos lo roto, desgastado, del trabajo de Rosso que tan bien se aviene con la modernidad líquida de Bauman, metáfora de lo gaseoso. Pero creo que tú intentas referirte a otro tipo de movimiento, un movimiento que descompone, pero no desmaterializa. La diagonal es intensa. Me gusta.

¿Te gusta Henry Moore? Hasta el martes.

Ángeles Urretavizcaya said...

Casi no conocía la obra de Sant´Elia. La busqué y ahora sé un poquito más. Es muy lento eso de aprender… Yo también soy crítica con el futurismo por su confianza ilimitada en el progreso y por su apología de la violencia. Pero muchos de sus trabajos me gustan. El movimiento que genera la descomposición de planos me exalta. Me hace sentir algo así como una borrachera de lo urbano (aunque no todos sus temas lo sean). Me recuerdan las luces de los coches bajando Pelayo el viernes por la noche. Reconozco que tiene un punto de violencia. También la idea de superar la separación espacio externo-espacio interno característica de su escultura me interesa. Te plantas la crítica del futurismo desde una naturaleza que destruye la arquitectura. Este concepto tiene fuerza, pero…¿no te parece una utopía? ¿No es un tópico pensar que están enfrentadas?
El ser humano nace creador, en cierto modo, técnico y artista, porque le apasiona transformar el mundo. Pero al hacerlo, poco a poco, de modo natural, descubre la fuerza, así como la necesidad y belleza de integrarse en sus ritmos. Otra historia sería hacer arte desde la idea del cybercuerpo, o desde la violencia del tiempo y el espacio. Pero como tu anillo, en el fondo, todas esas propuestas protegen la idea antigua de hombre-dios, supuestamente todopoderoso, que como crea destruye. Otras místicas quizás plantean al hombre como un ser respetuoso que contempla. Gracias por explicarlo ¿Podré verlo en clase?