Saturday, May 30, 2009

PLOTINO DIXIT


“(Pintura) no es hacer, es sacrificio
es quitar, desnudar; y trozo a trozo
El alma irá acudiendo sin trabajo”

(Ramón Gaya)


Bajo el texto de Plotino, han crecido este cuatrimestre mis dos trabajos. Uno, el que conocéis, bajo el signo del esfuerzo, del autocontrol y de la mirada. El otro, que os presento ahora (con sencillez y un poco de miedo) como aventura, sorpresa y misterio. Al primero lo respeto, el segundo me emociona. Me llevo el alma feliz y dividida. La segunda escultura se titula “Búsqueda”. Por favor, “profe”, no te enfades. Trabajar en ella ha sido sencillamente: belleza.

Tuesday, May 26, 2009

Molta mà esquerra...

Saturday, May 23, 2009

MATERIA Y ESPACIO


“Las cosas están echadas/más de pronto se levantan/y en procesión alumbrada/se entran cantando en mi alma” (J.R. Jiménez)





La materia es la causa permanente de todas nuestras sensaciones (Kant). Es física, real, conforma el universo, lo hace visible. Puede quedar comprimida en una hoja, o expandirse hasta lograr el tamaño de una estrella. Fuerzas extrínsecas la transmutan en una u otra forma. El artista la concreta, la comprime, la expande, le da una esencia. La materia precisa del cambio para ser (Pinocho). Está dispuesta a recibir alguna determinación que la conforme como realidad. Es pura y simple potencia (Plotino). Por eso adquiere sentido como indeterminada, no como confusa, pero sí como expresión de actividades contrapuestas (Schelling). Todo es composición. Por tanto una estructura de líneas y formas. Su fuerza emotiva se deberá en parte a las tensiones establecidas en su tejido esquemático (Composición Artística). Los trabajos escultóricos intentan establecer, al menos, un doble juego de tensiones, dentro de la materia y entre la materia y el espacio. Dos escultores que trabajan estos aspectos de una forma que me parece interesante son Julio González y Pablo Gargallo. Considerando el primer aspecto, la silueta humana, aparece en Julio González como fruto de fuerzas transmitidas a través del ritmo de las líneas que unen las articulaciones, en un esfuerzo por buscar la unión de formas reales y lineales imaginadas (Figura Abstracta). La propia combinación de su material más usado, el hierro, de naturaleza pesada, con lo etéreo de algunos temas es una manifestación del juego de tensiones referidas a la materia (Bailarina con Margarita). El estudio del equilibrio entre los volúmenes y su ausencia es manifiesto en el intento de proyectar la masa en el espacio que hace González en sus máscaras, o en dos aspectos del trabajo de Gargallo: la exaltación de los huecos en los que penetra la luz (El hombre de la pipa), o al considerar el vacío como volumen (El Arlequín). En el profeta, la luz se introduce en el interior del bloque creando un interesante trabajo del vacío. De esta manera, la materia y su ausencia completan la obra en el espacio. En ambos escultores hay una valoración de lo geométrico, que si bien, no tiene el carácter de estudio disciplinado que hace Lucca Paccioli en “La divina Proporción”, llamará a la intuición de “los ingenios perspicaces y curiosos” plantando un trabajo que introduce un interesante concepto del espacio en la escultura contemporánea.

Wednesday, May 20, 2009

Relleu - V





Saturday, May 16, 2009

SER DE PALABRAS


“Si estiro mis brazos y me pregunto dónde están mis dedos…
-ese es todo el espacio que necesito-“ (De Kooning)


La palabra es visible. Nos podemos acercar a ella de forma no intelectual, físicamente, desde lo táctil, en la obra de Jaume Plensa. Para él, adquiere dos sentidos: por un lado, la vibración de una sílaba hace nacer el cosmos. Pero también, todo lo que vivimos se inscribe en nuestro cuerpo a modo de tatuaje realizado con tinta invisible. Podemos descubrirlo, crearlo y compartirlo. En ese sentido, el hombre puede entenderse como un ser de palabras en el que está guardado el universo o como un contenedor de memoria. Las palabras pueden parecer un caos de letras de dimensiones monumentales cuyas sombras proyectadas en el muro las hacen informes (song of songs 2005) o tener forma humana. Al medirse con el hombre pueden: engendrarlo (sin título V 2005) o llevárselo (autorretrato I 2005), confesar su soledad (sitting tattoo whith mountains 2006), declarar su angustia (las tres gracias 2005). Los textos de Blake, Canetti, Baudelaire, Goethe, esculpidos en las figuras humanas crean un espacio de lenguaje, en los que el territorio es además un espacio con un significado personal, como las manos el poder o los pies el juego. En la obra de Plensa, el ser humano puede leerse como desmaterialización y como memoria, pero también como composición y simetría (glasmann II). Componer es ordenar con sentido de unidad los diferentes factores de un conjunto para que generen belleza y emoción (Composición artística). Plensa relaciona, la idea que forma la palabra, lo táctil de la letra y el significado personal del lugar donde está colocada. El espacio aparece como un medio continuo o discontinuo que se transforma en función de fuerzas de diferente naturaleza; combinar una forma plástica y una sugerencia intelectual en el mismo momento y lugar es en el fondo una forma de composición. Con la palabra simetría se expresa una relación de partes exteriores entre sí, de forma agradable, referidas a un centro al que se enfrentan de manera regular (Forma y simetría). En este sentido, Plensa combina las palabras generando sus cuerpos a manera de red poligonal, transportando al espectador a un centro que es el silencio.

Wednesday, May 13, 2009





Saturday, May 09, 2009

ESPACIO, EXISTIMOS




“Miguel Ángel no glorificó un tipo ideal como lo hizo el arte clásico, sino un individuo transfigurado ahondando en el problema del movimiento” (“La figura humana en el arte”)

“Tomad el hombre brazo en alto, instaladlo dentro de dos cuadrados superpuestos…
(“Modulor 2”)

“La figura humana es lo que me interesa, pero he encontrado principios de formas y ritmos en el estudio de los objetos naturales” (“Henry Moore”).

Tomar posición en el espacio es el primer acto de los seres humanos que prueba su existencia. A partir de que el hombre ocupa el espacio puede regirlo según sus necesidades, haciendo surgir el momento poético mediante la originalidad de las propuestas. Tanto la arquitectura como la escultura se ocupan de la relación de las masas. Ambas pueden utilizar ritmos orgánicos. Tres trabajos muy diferentes: Miguel Ángel, Le Corbusier, Henry Moore, plantean las posibilidades de estos ritmos en una forma numérica pero abierta, compartiendo la idea de un ser humano, decible y en movimiento. Le Corbusier utiliza la construcción modular en el plano de una ciudad, arquitectura o mobiliario. Acercarse al hombre es el valor fundamental del Modulor. Sus escalones tienen por un lado el cero, por otro el infinito sin alcanzarlo (“Modulor 2”), lo que hace del propio proceso de creación un símbolo de lo humano entendido como movimiento y encuadrado en la naturaleza. El trabajo de Miguel Ángel se planta profundamente este problema. En sus esculturas, surge de un centro situado en el torso y se atenúa al desplazarse hacia la periferia. Su refinada observación desde el punto de vista fisiológico marca tremendamente la diferencia entre lo vivo y lo muerto, a través de los modelos utilizados. (“La figura humana en el arte”). En el fondo, esta diferencia, es movimiento. Henry Moore, al extraer sólidos geométricos de las formas naturales, no está buscando una armonía abstracta, sino la analogía expresiva. Con sus formas comunica la fuerza de lo que existe. A pesar de que en sus escritos contrapone belleza y expresión, Moore deriva sus contornos de la realidad como una síntesis que conserva la relación con lo tangible. Le preocupa generar una zona espacial en la que el trabajo se circunscribe con una profundidad geométrica. Las partes que integran ese espacio se relacionan, si no numéricamente, si desde un proceso relacional formativo cuya esencia es el movimiento. Quizás todo lo humano es legible como movimiento, en el que las relaciones de exactitud pueden actuar como traspaso a lo lírico. Ese componente de misterio nos permite sentir que el universo no es cerrado y ningún objeto está aislado en su propia existencia. A pesar de la fuerza de lo móvil, siento lo fugaz como dolor. “No, si no se acaba hoy/esto que tengo empezado, ya lo sé….Si hay que dejarlo…”

Saturday, May 02, 2009

DIRECCIÓN DESCONOCIDA


EL CLIENTE: Dios hizo el mundo en seis días, y
usted no es capaz de hacerme un pantalón en seis
meses.

EL SASTRE: pero señor, mire el mundo y mire
su pantalón
(S. Beckett. “El mundo y el pantalón”)



“Encerrada en su sombra”, la palabra que fue esencia, ha muerto. “Sin rostro sin camisa sin perfume/sin sin sin sin sin sin sin sin”, reflexiona sobre su relatividad, consciente de que cualquier juicio que pretenda ser coherente es a la fuerza un absoluto. La palabra, cuando no pretende comunicar, prepara el corazón para el gesto: pregunta. Trata solo de mantener abierto el espíritu. Relacionan gesto y palabra muchas circunstancias humanas, como la complejidad de la utilización de la geometría en el arte. Desde ella se reflexiona sobre una forma de sentirse humano (“La geometría en el arte”). La preocupación por el conocimiento anatómico exacto identificada como propia del renacimiento, también adecua decir y hacer. Implica una comprensión esotérica. Ve el cuerpo como una imagen del cosmos (“La figura humana en el arte”). La ciencia parece haber limpiado el cuerpo de lo cósmico, pero ha dejado una serie de enigmas en torno a él. Capaz de reflexionarse, el hombre solo puede percibirse a través de su cuerpo. Es la prueba de su identidad en el tiempo. De esta base emana su sensación de soledad, el imperativo feliz o doloroso de otredad que es decir y hacer. Cuatro escultores que me gustan se preguntan por esta soledad desde el gesto. En la reflexión de Susana Beibe, el ser humano tiende a buscar la identidad que el exterior trata de negarle (Cabeza alada). En Dora Salazar, el misterio de un cuerpo atrapado por una trama de hilo sobrepasa la ironía (Humano demasiado humano). Johanna Hamann no le concede esta posibilidad. La riqueza vital de sus cuerpos desaparece con la muerte sin dejar rastro, en un encuentro insólito entre la ternura y el desgarramiento. Magdalena Abakanowicz habla del anonimato, del número, con repeticiones alusivas a cabeza o torax, representados en tonalidades oscuras. La levedad y la fragilidad quedan patentes en European Field (Gormley) formada por innumerables pequeñas figuras de terracota. Sus marcados ojos y su altura entre 8 a 26 cm proponen una uniformidad dolorosa. En “De la mano a la boca”, Nauman da una dirección a su trabajo. Yo me la pregunto, pintando en verde sobre este ejercicio que lleva el signo del esfuerzo. Creo que la palabra, como la música, anteceden en mí el gesto que será, facilitando “el encuentro entre un algo escondido y lo aparente”.